Hacerse hueco en la escena internacional cuesta trabajo. Perderlo no. Los cambios en Europa, el fiasco populista y la crisis con EEUU minan la presencia internacional española.
Reconozcamos –todos- que fue la labor del PP en materia económica y antiterrorista lo que hizo que el mundo se fijara en España. Nuestra entrada en el euro nunca será reconocida en su totalidad, sobre todo, teniendo en cuenta la situación heredada, con un déficit que superaba al declarado por el gobierno saliente en un 2%. Que acusen al PP de falta de diálogo social. El enorme ajuste estructural necesario para cumplir con Maastricht, lo imposibilitaba. ¿Cuanto nos ha costado a los españoles el talante de ZP con nacionalistas y sindicatos?
Los que esperaban una verdadera regeneración democrática tras el desastre felipista y votaron a Aznar acabaron más decepcionados con él que los que no le votaron. Irak es lo único que éstos encuentran para echarle en cara.
En un mundo globalizado, las fronteras entre política nacional y política internacional están cada vez más desdibujadas. ZP jamás comprenderá esta máxima. Retirar las tropas de Irak era legítimo. Enviarlas también. Pero era responsabilidad suya hacerlo de manera que los intereses nacionales -que no son los suyos ni los de su partido- no se vieran perjudicados. Otra máxima que el PSOE no alcanzará.
La política exterior de un país es la extensión de sus principios y valores. ¿Qué política exterior se puede hacer si no se cree en la nación que se gobierna? Nuestros soldados arriesgan la vida por unos valores y unas ideas que el presidente desprecia.
ZP negociaba con ETA antes de alcanzar el poder. La primera vez que cedió al chantaje terrorista. Al no apoyar al gobierno de Aznar frente al atentado más grave de nuestra historia, volvió a ceder. De Juana Chaos sería la tercera. Si Zapatero es incapaz de combatir a los terroristas en el ámbito nacional, ¿cómo va a hacerlo en el internacional? Tras el 11-M, el terrorismo tomó buena nota de cómo reaccionan este presidente y parte de la población española ante un atentado en vísperas electorales. Isaias Carrasco es la prueba.
ZP ha partido España en dos y bajo su presidencia se ha descompuesto el tejido social de la nación. Como consecuencia de su radicalidad, se ha creado el espacio de centro que tantos españoles reclamaban: el partido de Rosa Díez. Los mismos que dieron la victoria al PSOE en 2004 han votado ahora por el PP, mientras que ZP ha sido reelegido con votos de nacionalistas radicales y comunistas rancios. ¿Para qué votar a ERC si el PSC va más lejos que él? ¿Para qué votar a IU, si el zapaterismo ha ido más allá que los ex comunistas reciclados en “ismos”?
Que muchos ciudadanos no se sientan representados por este presidente es legítimo. Pero que un presidente renuncie a representar a más de la mitad de la población es insólito. Así, el conflicto social está servido. La connivencia de este gobierno con los sectores más fundamentalistas, ha obligado al PP a hacer campaña en condiciones perfectamente denunciables ante la UE y la OSCE.
Reconozcamos –todos- que fue la labor del PP en materia económica y antiterrorista lo que hizo que el mundo se fijara en España. Nuestra entrada en el euro nunca será reconocida en su totalidad, sobre todo, teniendo en cuenta la situación heredada, con un déficit que superaba al declarado por el gobierno saliente en un 2%. Que acusen al PP de falta de diálogo social. El enorme ajuste estructural necesario para cumplir con Maastricht, lo imposibilitaba. ¿Cuanto nos ha costado a los españoles el talante de ZP con nacionalistas y sindicatos?
Los que esperaban una verdadera regeneración democrática tras el desastre felipista y votaron a Aznar acabaron más decepcionados con él que los que no le votaron. Irak es lo único que éstos encuentran para echarle en cara.
En un mundo globalizado, las fronteras entre política nacional y política internacional están cada vez más desdibujadas. ZP jamás comprenderá esta máxima. Retirar las tropas de Irak era legítimo. Enviarlas también. Pero era responsabilidad suya hacerlo de manera que los intereses nacionales -que no son los suyos ni los de su partido- no se vieran perjudicados. Otra máxima que el PSOE no alcanzará.
La política exterior de un país es la extensión de sus principios y valores. ¿Qué política exterior se puede hacer si no se cree en la nación que se gobierna? Nuestros soldados arriesgan la vida por unos valores y unas ideas que el presidente desprecia.
ZP negociaba con ETA antes de alcanzar el poder. La primera vez que cedió al chantaje terrorista. Al no apoyar al gobierno de Aznar frente al atentado más grave de nuestra historia, volvió a ceder. De Juana Chaos sería la tercera. Si Zapatero es incapaz de combatir a los terroristas en el ámbito nacional, ¿cómo va a hacerlo en el internacional? Tras el 11-M, el terrorismo tomó buena nota de cómo reaccionan este presidente y parte de la población española ante un atentado en vísperas electorales. Isaias Carrasco es la prueba.
ZP ha partido España en dos y bajo su presidencia se ha descompuesto el tejido social de la nación. Como consecuencia de su radicalidad, se ha creado el espacio de centro que tantos españoles reclamaban: el partido de Rosa Díez. Los mismos que dieron la victoria al PSOE en 2004 han votado ahora por el PP, mientras que ZP ha sido reelegido con votos de nacionalistas radicales y comunistas rancios. ¿Para qué votar a ERC si el PSC va más lejos que él? ¿Para qué votar a IU, si el zapaterismo ha ido más allá que los ex comunistas reciclados en “ismos”?
Que muchos ciudadanos no se sientan representados por este presidente es legítimo. Pero que un presidente renuncie a representar a más de la mitad de la población es insólito. Así, el conflicto social está servido. La connivencia de este gobierno con los sectores más fundamentalistas, ha obligado al PP a hacer campaña en condiciones perfectamente denunciables ante la UE y la OSCE.
¿Qué esperar en esta legislatura? Nada, nos esperan cuatro años más de nada.
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